El hiperrealismo de Steve Mills
Así es, hablamos de un trabajo al óleo —y quien maneja esta técnica
sabe de la dedicación, esfuerzo y paciencia que ello requiere—, donde Steve
Mills muestra una diminuta parte de la realidad, tan bien trabajada que cuesta aceptar que aquello que se tiene en frente es una pintura, tal cual. O
usted diga…
Mills muestra una diminuta parte de la realidad, tan bien trabajada que cuesta aceptar que aquello que se tiene en frente es una pintura, tal cual. O
usted diga…
No faltarán los detractores que arguyen que, para
este caso, mejor optar por la cámara fotográfica… pero ya quisiera ver este
tecleador que alguno de ellos lograra la milésima parte de estas bellezas
valiéndose de pinceles.
este caso, mejor optar por la cámara fotográfica… pero ya quisiera ver este
tecleador que alguno de ellos lograra la milésima parte de estas bellezas
valiéndose de pinceles.
Steve Mills vendió su primer obra a la corta edad
de 11 años. Niño prodigio, evidentemente. Se dice, además, que cada uno de sus
cuadros se vende en menos de 10 minutos… y se hace en más de 500 horas. ¿Se
imagina el precio? Ese es el motivo por el cual el nativo de Bostón, MA, no
puede realizar más de una exposición por año. Y ¡vaya que vale la pena!
de 11 años. Niño prodigio, evidentemente. Se dice, además, que cada uno de sus
cuadros se vende en menos de 10 minutos… y se hace en más de 500 horas. ¿Se
imagina el precio? Ese es el motivo por el cual el nativo de Bostón, MA, no
puede realizar más de una exposición por año. Y ¡vaya que vale la pena!
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